Desde muy temprano pequeños piquetes de manifestantes se agruparon en diferentes puntos de la ciudad, con la finalidad de evitar la circulación de algunas unidades de servicio público que, en la víspera, habían asegurado suspender sus labores y sumarse a la medida de fuerza.
Horas más tarde, las diferentes representaciones gremiales, tanto sindicatos, asociaciones de mercados, clubes de madres y otras entidades populares, comenzaron a concentrarse en el local de la Casa del Maestro para iniciar con la movilización principal.
El desplazamiento del gentío cruzó la Plaza Mayor de la ciudad y se desplazó hacia el céntrico jirón Asamblea donde una enorme masa de gente daba muestras de la exitosa convocatoria.
Y aunque algunos medios locales informaron de una cantidad menor de manifestantes, las imágenes que acompañan la presente nota dan fe de otro panorama.
Cerca del medio día, la multitud se concentró en el frontis de la Municipalidad Provincial de Huamanga, lugar donde se improvisó un pequeño mitin y desde donde un grupo de dirigentes populares rechazó la temeraria acusación del gobernador de Ayacucho, Eduardo Morales, de aplicar terrorismo blanco, al pretender relacionar la fecha del paro con el aniversario del inicio de la lucha armada que se recuerda cada 17 de mayo.
El objetivo del gobernador aprista –según aseguró en su intervención el dirigente del Sutep, Cleto Flacón– habría sido provocar temor en la población para evitar que ésta participe y acate el paro convocado por Frente de Defensa. Sin embargo, la fecha, como fue ampliamente aclarado, guarda relación con la necesidad de presionar al alcalde de Huamanga, Germán Martinelli, para que mañana miércoles, en la sesión extraordinaria de Consejo municipal, solicitada por un sector de regidores, defina la suspensión del proceso de concesión del Terminal Terrestre a la empresa brasileña Socicam, un consorcio que obtuvo la buena pro en medio de una cuestionada licitación y cuyas condiciones de administración han sido consideradas desventajosas por un sector importante de la población ayacuchana.
Socicam habrá de beneficiarse con el 80% de los ingresos que se generen con el movimiento económico alrededor del Terminal Terrestre, mientras que la Municipalidad de Huamanga solo dispondrá del 20%.
Al respecto, el alcalde Martinelli ha respondido que aquel 80%, será distribuido en los gastos corrientes y otros que se genere a partir de la administración del Terminal, versión que no ha convencido del todo a la comunidad local.
Los manifestantes igualmente rechazaron el pretendido alquiler de los terrenos universitarios a Plaza Vea.
Un mundo sin corrupción es posible, un mundo donde el discursos de un desarrollo, sin defensa de los derecho humanos y fundamentales y nada sostenible, se enfrenta con valentía por un pueblo, también es posible. Guardamos la esperanza de que estas manifestaciones no sea flor de un día, sino se constituyan en auténticas auditorias sociales, que al margen de las mesas de concertación u organizaciones representativas, cumplan el rol de vigilar y levnatr la voz de protesta, una voz de protesta que el gobierno y los interesados en aprovechar y abusar de los recursos del pueblo llaman "terrorismo". Si terrorismo es decir no al abuso y el aprovechamiento privado de los recursos del pueblo, entoces asumimos que el estado es el primer productor de terroristas por no tener en cuenta la voluntad de un pueblo.
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Luis Larrea