Revista Con Sentido, 26 de julio de 2010. Recordando uno de los gestos más importantes que contribuyó a poner fin al régimen fujimorista, la tarde de hoy decenas de ayacuchanos se dieron cita en el frontis del palacio municipal para participar del lavado de banderas, en rechazo a lo que muchos denominaron "la traición" del alcalde Germán Martinelli a los intereses del pueblo ayacuchano.
A la cita convocada por el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho acudieron no solo representantes de organizaciones populares, también lo hicieron varios candidatos a la alcaldía de la Municipalidad Provincial de Huamanga, quienes se mostraron en contra de la concesión excesivamente ventajosa del Terminal Terrestre a manos privadas.
Durante sus breves intervenciones, David Huancahuari y Orlando Sulca, ambos regidores municipales que mantuvieron desde un principio una actitud crítica a esta concesión, se refirieron al acto deshonesto que se evidenció en todo el proceso de licitación y a la actitud desleal de sus dos colegas que inclinaron la balanza a favor del interés del alcalde de aprobar, contra viento y marea, el aludido acuerdo de consejo.
Era cuestión de tiempo
Como es ya de conocimiento general, en una improvisada sesión de consejo realizada la mañana del sábado último, Germán Martinelli logró finalmente -con el apoyo de siete regidores- aprobar la Ordenanza Regional que blindará el futuro contrato de administración del Terminal Terrestre a favor de la empresa brasileña Socicam, un consorcio que usufructuará dicho servicio durante 30 años sin haber invertido un solo centavo en la construcción de la enorme infraestructura.
Pero la aprobación de la indicada Ordenanza no podría haberse concretado sin el sorpresivo y -a todas luces- sospechoso giro hacia el oficialismo de los regidores Socorro Arce y Wálter Ascarza -ambos de las filas del fujimorismo-, quienes hasta hace algunos días actuaban aparentemente como opositores al régimen municipal.
Lo cierto es que, desde hace una semana, un rumor venía alimentando las sospechas contra ambos concejales. Se decía que una "mano negra" había logrado convencer a Arce y a Ascarza para votar a favor de la aprobación de la "Estabilidad jurídica", que evitará cualquier intento de modificación de la concesión del terminal terrestre, incluso de normas superiores, pensando en la eventualidad de que una Asamblea Constituyente pudiera alterar el sentido del futuro contrato.
Pero ni las protestas, ni la investigación iniciada en el Congreso de la República o las denuncias formalizadas en el Ministerio Público y hasta el rechazo popular mostrado en los altos índices de desaprobación de su gestión, han logro detener el afán del alcalde Martinelli por crear las condiciones jurídicas para concesionar el terminal.
Muchos medios periodísticos especialmente radiales se han atrevido a señalar la existencia de un jugoso negociado alrededor de la concesión, sometiéndose a distintas denuncias por difamación a cargo del propio alcalde y de los representantes de la empresa Socicam. A este paso, ya nada podría hacerse para evitar que Socicam se haga del control del Terminal. Y aunque algunos aseguran que el procedimiento administrativo no ha terminado, las posibilidades son cada vez más escasas.
Pero el lavado de la bandera nacional y de la bandera de Huamanga no solo se produce en rechazo a la entrega gratuita del Terminal Terrestre, sino a la voluntad gubernamental de exportar el gas natural sin antes haber resuelto la demanda interna.
